LA COHERENCIA ES EL FIN DEL CONOCER
- Andres Giraldo
- 9 sept 2023
- 3 Min. de lectura
“La identidad de un hombre consiste en la coherencia entre lo que es y lo que piensa.” (Sanders Peirce)
Desde los albores de la humanidad y en el estudio acerca del conocimiento, siempre ha existido el interrogante del sentido: el porqué. Esta cuestión ha tratado de ser resuelta durante muchos siglos, pero la respuesta más plausible es que se trata de un misterio.
El triángulo epistemológico, se establece un fundamento por medio del cual se comprende o al menos se adquiere conciencia sobre el relacionamiento del hombre con diferentes realidades, a saber: lo otro, el mundo y el mismo hombre; se quiera o no, la historia siempre ha girado sobre estos tres escenarios, pues son los que establecen el statu quo de las sociedades que han pasado y pasaran a través del tiempo, no obstante, en el trasfondo de lo anterior, hay algo que desborda el conocimiento del propio hombre que trasciende el tiempo y el espacio, dentro las diferentes circunstancias de determinada época.
Existe un grado de conciencia que permite entender el misterio que asombra el ser humano, que le permite tener una coherencia en el creer, sentir y hacer, en relación con las realidades del triángulo epistemológico, ya que es un hecho que el conocimiento es privilegiado solo para aquellos que deciden aceptar LA VERDAD.
La existencia del hombre es como una gran obra sinfónica donde entran en sintonía: los ritmos, los acordes, los instrumentos, las partituras, para dar como resultado una creación que toca el alma misma, donde los que llevan la batuta son seres que han desarrollado una conciencia universal y, los otros se convierten en músicos que interpretan el preludio y otros que simplemente se limitan a ser espectadores, pero es de resaltar que todos son importantes e indispensables hasta que baja el telón.
A través de la historia conocemos o al menos tenemos referencias históricas de grandes maestros (Buda, Jesús, Mahoma, Einstein, los proceres, etc), que han alcanzado un grado de conciencia, el cual les permite descubrir los principios por los cuales se rige el universo, ellos canalizan su fuerza vital con la energía que existe a través del tiempo y los eterniza. Todos y cada uno de los seres humanos poseen la capacidad de abrir el entendimiento a dicha realidad y que la energía a pesar de los diferentes escenarios donde se manifiesta, nunca se destruye, sino que se transforma, ya que en ultimas hacen parte de un todo.
Hay un número que llama la atención desde la antigüedad: el siete (7). Grandes e innumerables son los acontecimientos y personajes que han sido influenciados por este número poderoso. V.g: 7 días, 7 pecados capitales, 7 días en las fases lunares, 7 leyes herméticas, etc. Una posible explicación a esto, es que este número sea igual a la sumatoria de las realidades espacio (norte, sur, este y oeste) – temporales (pasado, presente y futuro), que no es más que la representación de la eternidad.
Ahora bien, esto cobra sentido a través del pensamiento, que es quizás la herramienta más poderosa del ser humano, pero pocos, a pesar que es una capacidad innata en el ser humano llega a potencializarlo en debida manera. Así mismo, todos conocen según su grado. Así las cosas, “todo absolutamente todo” posee un sentido en el universo, nada es creado al azar.
Las realidades del hombre, lo otro y el mundo, están correlacionados y fluyen de una manera constante, se crean y se transforman, esa energía creadora permanece y esta presente en todas las realidades; como es infinitamente abajo, es infinitamente arriba; todo acto, pensamiento y sentimiento posee su consecuencia; el misterio es revelado solo a quienes comprenden las leyes universales; todo ser humano posee la vocación de ser maestro.
En una opinión muy personal, todos tenemos acceso a la verdad; pero solo empezamos a conocerla desde nuestra existencia, descubriendo el sentido del porque somos y existimos; somos parte de un todo y eso nos hace trascendentes e inmortales, comprender las dimensiones (espiritual, social, psicológica, política, entre otras) que hacen del hombre un ser holístico, permite entender que no van en contravía, sino que se complementan, esto es lo que permite vivir, sentir, actuar y ser coherentes conforme a las leyes universales.
En síntesis, cuando se unen personas coherentes, suceden grandes cosas; es cuando entendemos y comprendemos las realidades del triángulo epistemológico, vamos develando el misterio, aprehendiendo las leyes universales, conociendo la verdad y experimentando la eternidad.
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