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UNA MIRADA A JESUS EN EL EVANGELIO DE MARCOS.


"Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios" (MC. 1, 1).



El evangelio de Marcos, muestra una mirada profunda, a las actitudes y acciones de Jesús, tratando de dar respuesta a esa inquietud del evangelista: ¿Quién es Jesús? Pasando por los capítulos, sacando conclusiones y llegando a una gran respuesta: Jesús es el Hijo de Dios, que nos mueve, nos impulsa y nos lanza a servir a Dios, a los otros y a mi mismo.

El problema del conocimiento de Jesús atañe a todo hombre sobre la tierra, especialmente si profesa la fe cristiana. Ya que fue a través de este que se parte la historia en dos. Por ejemplo Pablo ya en el siglo I predicara un Cristo crucificado “escándalo para los Judíos, necedad para  los gentiles” (1 Cor. 1, 23).

 

Han sido pues muchos hombres que han predicado, incluso dado su vida por el evangelio y la predicación de un hombre llamado Jesús; no se puede negar, que la salvación y los misterios que rodean a este personaje, aun hoy en pleno siglo XXI, siguen siendo un escándalo. Pero esto anima y conforta a quienes de una manera libre y consciente han abrazado la fe. Hay que hacer énfasis que el evangelio no se nos ofrece como una información, sino como una forma de vida, como una llamada a la conversión.

 

Hay que entender, que Jesús no fue un simple profeta como algunas religiones lo presentan, sino que durante toda su vida, desde su nacimiento hasta su resurrección, manifestó claros signos de la presencia de Dios y de su acontecer en la existencia del ser humano. Esta mirada a la vida de este hombre debe y exige credibilidad, pues este concepto se sitúa en la vida del ser humano, del hombre, pero suscita también una inquietud latente: la cuestión de Dios en Jesucristo.

 

Para abordar la persona de Jesús debemos acudir a varias circunstancias o al menos tener algunas precisiones acerca del problema, veamos:

 

La historia del hombre no puede ser leída igual que la historia de la salvación que nos presenta la sagrada escritura, pero esa historia de la salvación ha interferido en varios momentos en la historia de la humanidad, no hay que disgregar la palabra historia, es decir, partir de la base que historia sola hay una.

 

Para nadie es extraño, que durante la historia de la humanidad se ve clara y palpablemente el acontecer de Dios en ella, que tiene su culmen en la persona de Jesucristo, por esto es decisivo para todos los cristianos, saber hasta que punto es factible para el ser humano y como se puede llegar a conocer ese acontecimiento; en este punto, es donde juega un papel fundamental la reflexión acerca de la persona de Jesús.

 

Por otra parte, es necesario hacer una reflexión desde la razón, sabiendo que el hombre es un ser racional y durante toda su vida tendrá que reflexionar sobre cuestiones fundamentales: ¿Cuál es el sentido de su vida? ¿Porque existen? ¿Quienes son? Etc. Aquí se enfrenta un problema fundamental y es que el evangelio, afecta de manera necesaria la vida del ser humano y las cuestiones fundamentales que durante su vida se plantea. Y desde aquí todo hombre espera que su opción por Cristo de sentido a toda su vida, sin embargo, el hombre, Dios y la sociedad, sigan siendo un misterio, que se va dando a conocer poco a poco.

 

Desde el evangelio de Marcos, es interesante abordar la persona de Jesús, ya que este evangelista parte de situaciones de la vida cotidiana, de una realidad viva, ha sabido captar imágenes fundamentales de la persona de Jesús y las plasma en su evangelio como una historia, una secuencia de imagenes sobre Jesús. V.g: “Pidió que se acercarán, para enseñarles por medio de ejemplos” (Mc. 3, 23); “mientras tanto Jesús dormía en la popa sobre un cojín” (Mc. 4, 38); “tomándola de la mano, dijo a la niña” (Mc. 5, 41); “al desembarcar, Jesús  vio toda aquella gente, y sintió compasión de ella” (Mc. 6, 34); Jesús lo apartó de la gente, le metió los dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua” (Mc. 7, 33); “pero Jesús, dándose la vuelta, vio muy cerca a los discípulos. Entonces reprendió a Pedro y les dijo: “Siento compasión por esta gente, pues hace tres días que están conmigo y no tienen nada para comer”(Mc. 8, 2).

 

Aunque la tradición da algunas pistas acerca de la persona de Marcos, todavía no poseemos una seguridad acerca de su persona. Posiblemente fue aquel compañero de Pablo, que empezaba su vida apostólica y es mencionado, en varias ocasiones en el libro de los Hechos de los apóstoles; su madre daba hospedaje en Jerusalén a la comunidad cristiana después dela liberación de Pedro; también se menciona en el libro de los Hechos una experiencia misionera (Hch. 12, 12-17; 13, 5-13); posiblemente es el intérprete de Pedro, pues estando en Roma, Pedro en su primera carta manda saludos de su hijo Marcos (1Pe. 5, 13-14).

 

En cuanto  a la geografía que nos plantea el evangelio de Marcos, debemos notar que Jesús esta siempre de camino, queriendo subrayar que la opción por Jesús es constante y día a día se avanza en su conocimiento: “mientras caminaba por la orilla del lago de Galilea”; “un sábado, Jesús caminaba por los sembrados con sus discípulos”; “y llegaron al otro lado del lago a la región de los gerasenos”; “Jesús salió de allí y fue a la región de Tiro”. Su evangelio hace alusión a las regiones de Galilea y Jerusalén; región donde se concentraban grandes multitudes de Judíos y paganos (evangelio de Marcos).

 

Es una riqueza que existan, varios evangelios, porque cada uno da una mirada a la experiencia de Jesús el Cristo, proclamando su evangelio de una manera radical, alegre y generosa; dando a conocer de esta manera un Cristo glorificado por la resurrección, así pues, el evangelio de Marcos denotará unos rasgos característicos: es nazareno, es carpintero, es hijo de María, siente compasión, se irrita, cuestiona. Es una persona que posee una experiencia de comunidad, pues siempre anda acompañado de sus discípulos: “se despidieron de la gente…”; “partió los panes y los iba dando a sus discípulos, para que los repartieran…”

 

Para Marcos, Jesús es el maestro, el que enseña, pues sus acciones van acompañados de signos, que son la manifestación de la gracia, dados por Dios a través de la fe. Jesús es el mesías crucificado; por ultimo, Marcos hace resaltar los títulos otorgados a Jesús en el A.T, especialmente por los profetas: 

 

-          El Mesías (o Cristo)         Mc 8,29; Mc 12,35

-          El Hijo del Hombre          Mc 10,33; Mc 14,41

-          El Hijo de Dios                 Mc 14,61; Mc 15,39

-          El Hijo de David               Mc 10, 47-48; Mc 12, 35-36

 

Así, el evangelio de Marcos se convierte en una gran aventura para su lector, pues dará a conocer la respuesta a una pregunta fundamental: ¿Quién es la persona de Jesús? Por eso, cuando Jesús muere, el oficial romano dará una acertada respuesta, que el crucificado: es el hijo de Dios. Marcos no va más allá y deja abierta la cuestión; coloca en manos del evangelizador el testimonio sobre la resurrección y  proclamará a Cristo salvador a partir del escándalo de la cruz (cuestión que se abordará en el segundo capitulo).

 

Cuando se lee el evangelio de Marcos se observa claramente que tanto la gente como los discípulos, no poseían ni idea de quien era Jesús y cual era su misión aquí en la tierra, es en la experiencia de la resurrección en donde las personas empiezan a captar ese plan de Dios. El evangelio de Marcos es resultado de un período post-pascual.

 

Cuando se lee el evangelio de Marcos se observa claramente que tanto la gente como los discípulos, no poseían ni idea de quien era Jesús y cual era su misión aquí en la tierra, es sino hasta la experiencia de la resurrección que las personas empiezan a captar ese plan que Dios traza para los hombres, pues como es lógico el evangelio de Marcos es resultado de un período post-pascual, pero que de manera sutil logra plasmar en el papel.

 

Cuando analizamos los primeros capítulos de Marcos, vemos que desde el principio, aparece la palabra camino: “he aquí que yo envió mi mensajero delante de tí, a preparar el camino. Voz del que clama en el desierto: preparen el camino del señor, enderecen sus senderos” (Mc. 1, 2-3). Es precisamente, este concepto que nos dará una clave fundamental para entender la vida de Jesús. Desde el principio de las sagradas escrituras la palabra camino será fundamental para el pueblo en quien Dios deposita la promesa de salvación, desde el A.T hasta el N.T. aparecerá latente este concepto y el evangelio de Marcos no es la excepción, no en vano aparecerá 16 veces,  es como si quisiera señalar que la vida  y la opción por Jesús es un camino que se va recorriendo poco a poco.

 

En Marcos, es extraño ver como desde el principio del evangelio, se hace énfasis en los endemoniados o posesos y de cómo estos reconocen de inmediato a Jesús de Nazaret, cuando la gente del común ni se da cuenta quien es El, es como queriendo recalcar con fuerza como Jesús obra poderosamente incluso ante las fuerzas malignas que impulsan al hombre a obstaculizar el plan de salvación que Dios tiene para sus vidas. Claramente se da la contraposición, entre los demonios y la gente, miremos: “había en la sinagoga un hombre poseído por un Espíritu inmundo, que se puso a gritar: ¿Qué quieres tu con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido acabar con nosotros? ya se quien eres: el santo de Dios. Jesús le ordeno: cállate y sal de El”. Más adelante la reacción del pueblo: “todos quedaron estupefactos y se preguntaban: ¿Qué es esto? ¿Que nueva doctrina es esta?” (Mc. 1, 23-27).

 

Esta claro que Marcos hace un énfasis radical y actúa con autoridad sobre aquellos que creían, eran posesos, pero se deja entrever que se quiere resaltar el poder divino y la fuerza de Dios latente en la persona de Jesús, por esto Marcos recalcará constantemente esta cualidad de Jesús; también hay que rescatar como marcos resalta la compasión y la preferencia de Jesús por los pobres, los enfermos y los excluidos de la sociedad: “curo muchos enfermos de diversos males y expulso muchos demonios”; “Jesús se compadeció de El” (Mc. 1, 34; 1, 41).

 

Un punto que llama la atención, es porque Marcos presenta a un Jesús, que manda a callar, para que no descubran su verdadera identidad y esta es una constante en su evangelio, es como si hiciera una renuncia expresa a la fama, es repetitiva la frase: “vete y no le cuentes a nadie ”. Pero también abre una luz, en cuanto Jesús es un interrogante para su comunidad, su vida inquieta a quienes le ven, siempre creando interrogantes; aunque parezca extraño estas interpelaciones, pueden ser un llamado  y uno muy concreto: a la santidad. Puede sonar un poco raro, pero cierto día oí una definición de santo, la cual me llamo mucho la atención, es la siguiente: “santo no es el que nunca ha pecado, el que lo hace todo bien, santo es aquel que crea interrogantes en la comunidad”. Si aplicamos dicha definición a la sagrada escritura, ¡sorpresa! Nos encontramos con unas cosas maravillosas: Dios a través de la historia se ha valido de muchas personas para llevar a cabo su plan salvífico, pero cuando vemos dichos personajes, no son los mas buenos, ni los que han tenido la mejor reputación, al contrario, son aquellos que de una u otra manera han caído en las garras de Satanás, es decir, de aquella fuerza que los impulsa a alejarse del proyecto que Dios tiene para sus vidas; y podría citar muchos, aunque solo me limitaré a algunos: en la época de los reyes, tenemos a Saúl, David, Salomón, quienes su corazón se desvió a la idolatría, alejándose así de la alianza que Dios había pactado; Tamar, quien siendo nuera de Judá y ascendiente de Jesús, se disfraza y fornica con su suegro; Rajab, la prostituta de Jericó; Ruth, Moabita madre de Obed, ascendiente de David; Betsabe, quien fue infiel a su esposo con David.

 

Cuando avanzamos en la historia de la salvación en el N.T. nos encontramos con los personajes que Jesús eligió para continuar su misión: Pedro, lo negó; Judas, lo traicionó; Santiago y Juan, peleaban por el poder; Pablo, perseguidor de Cristianos…en pocas palabras, se podría decir que Dios escoge lo que no es para que sea; de los pequeño saca lo grande; de la pequeñez del pecado, hace resurgir la inmensidad de la gracia.

 

También curioso, que los demonios reconozcan  a Jesús y su identidad mesiánica, pero cuando se hace una lectura del texto de Marcos, el pueblo, la gente guarda total silencio y desconocen la presencia divina en la persona de Jesús. A través del evangelio Jesús va dando luces acerca de quien es su persona, aunque El habla poco, sus acciones siempre van desvelando el misterio que su persona encierra: la renuncia a ser reconocido, la condonación de los pecados, van creando inquietudes dentro la comunidad: “algunos escribas que estaban ahí sentados, comenzaron a pensar: ¿Por qué habla este así? Eso es una blasfemia. ¿Quién puede perdonar los pecados sino solo Dios?” (2. 6-8). Incluso se atreve a violentar las normas establecidas por los Judíos desde el tiempo de los patriarcas e imprimía en ellas una validez y una justificación que ni a los romanos de la época se les ocurriría: “¿Por qué su maestro come  en presencia de publicanos y pecadores?...yo no he venido a llamar los justos sino a los pecadores… ¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?; ¿Por qué hacen tus discípulos algo que no esta permitido hacer en sábado?..¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?” (2. 16-18; 3,8). Y Jesús acá se compara con un novio, un parche de tela e incluso con un odre de vino. Como se ve claramente Jesús es un hombre con una radicalidad inmensa, que refleja actitudes muy humanas, pero siempre teniendo presente la grandeza y la obediencia a ese Padre (ABBA) , que estará presente y manifestado en su vida.


Hay otra cuestión que hay que tratar, como Cristo hace palpable o transparente la experiencia y la presencia de Dios entre nosotros y como manifiesta signos de ese acontecer en la historia y en la vida del ser humano. Esto es muy significativo, para la historia entera, como lo afirma René Latourelle: Dios para significar al hombre su intervención gratuita y salvífica en la historia, en Jesucristo, le ha ofrecido unos signos en el cosmos, es decir, los milagros; en la historia, es decir, la profecía; en el mismo hombre, es decir, el testimonio de la vida según el Espíritu” (LATOURELLE, René. A JESUS EL CRISTO POR LOS EVANGELIOS).


Por:

ANDRES FELIPE GIRALDO CADAVID



 
 
 

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